” Cómo no te va a dar bronca…” (frase robada a un respetado caudillo radical…) cuando esta semana leemos lo publicado por semanario “El Este Rionegrino” y que trascribimos al pie de página, como un crudo testimonio de violencia laboral…..

“Como no te va a dar bronca,”.. si el proyecto de ley, sobre violencia laboral, impulsado por UPCN, hace más de cuatro años deambula por las comisiones legislativas…..

Algunos legisladores miran para otro lado y otros teorizan con abundante bibliografía sobre ” la violencia laboral y sus alrededores…” …”que la violencia existe en los lugares de trabajos pero… también hay que legislar sobre la violencia de abajo hacia arriba… ” que hay que contemplar a los pobres jefes que se sienten acosados por algunos empleados”.

"> ” Cómo no te va a dar bronca…” (frase robada a un respetado caudillo radical…) cuando esta semana leemos lo publicado por semanario “El Este Rionegrino” y que trascribimos al pie de página, como un crudo testimonio de violencia laboral…..

“Como no te va a dar bronca,”.. si el proyecto de ley, sobre violencia laboral, impulsado por UPCN, hace más de cuatro años deambula por las comisiones legislativas…..

Algunos legisladores miran para otro lado y otros teorizan con abundante bibliografía sobre ” la violencia laboral y sus alrededores…” …”que la violencia existe en los lugares de trabajos pero… también hay que legislar sobre la violencia de abajo hacia arriba… ” que hay que contemplar a los pobres jefes que se sienten acosados por algunos empleados”.

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14/05/2006

Humillación y abuso laboral

” Cómo no te va a dar bronca…” (frase robada a un respetado caudillo radical…) cuando esta semana leemos lo publicado por semanario “El Este Rionegrino” y que trascribimos al pie de página, como un crudo testimonio de violencia laboral…..

“Como no te va a dar bronca,”.. si el proyecto de ley, sobre violencia laboral, impulsado por UPCN, hace más de cuatro años deambula por las comisiones legislativas…..

Algunos legisladores miran para otro lado y otros teorizan con abundante bibliografía sobre ” la violencia laboral y sus alrededores…” …”que la violencia existe en los lugares de trabajos pero… también hay que legislar sobre la violencia de abajo hacia arriba… ” que hay que contemplar a los pobres jefes que se sienten acosados por algunos empleados”.

Los intereses de los que detentan el poder, son mayores…y la violencia en los lugares de trabajo goza de buena salud..

Una mujer, legisladora por la minoría, Magdalena Adarda, retomó el proyecto, los gremios en su conjunto se sumaron al reclamo. UPCN presenta en la Feria del Libro los resultados de un trabajo nacional sobre violencia laboral, y lo que es muy importante crea “el observatorio sobre violencia en los lugares de trabajo ” para sumar contundencia al reclamo y dar la batalla contra este verdadero flagelo en los lugares de trabajo.

El testimonio que se transcribe es más que elocuente:

Música que se mezcla con el escaso tintineo de las monedas, humo que irrita ojos, ruido del nácar de las fichas que se chocan entre sí como si estuvieran apuradas por volver a las manos del pagador, máquinas traga vidas y mucha, mucha soledad entre la multitud que espera «salvarse» con esa ficha de diez toda mojada en transpiración. Entre medio, camisas blanca y polleras negras, muy cortas, que van y vienen llevando y trayendo copas, limpiando rápidamente cualquier ceniza que cae en el piso y atendiendo la barra. A esas personitas, amables hasta el hartazgo, muy pocos las ven, muy pocos saben de sus problemas. Ahí adentro, la cuestión es ganar… o mierda.

Si, la cuestión es así. De un lado y del otro del mostrador la solidaridad no existe, nadie se mira a los ojos y todo es anarquía ambiciosa. Todo es dinero y sentirse poderoso aunque sea un rato.

«La pollera tiene que ser más corta…» le dijo más de una vez uno de los encargados a Denis Córdoba, una jovencita de 21 años que hasta hace un mes se desempeñaba como cajera del bar que Crown Casino, de Viedma, tiene habilitado para sus clientes.

Según sus propias declaraciones, la cuestión de la ropa le llegó a preocupar tanto que averiguó en Internet sobre las reglamentaciones y exigencias de distintas empresas con relación a la indumentaria y «averigüé que las empleadas no tenemos que llevar ropa que insinúe a los clientes, pero, a pesar de esto, los jefes nos decían que era poco, que debían ser más cortas». «Esto también se lo decían a las chicas nuevas, algunas de ellas con sólo 18 años de edad. En plena temporada se lo exigían al punto llegaban a ponerse la ropa al ras de la cola…»

Más adelante y en estado de gravidez avanzado, otra frase hueca de sentido común y comprensión le ordenaba a Denis: «no podés estar sentada, acá hay una circular que lo prohibe..». La nota a la que hacía referencia el jefe decía: «ninguna ley refiere a que los empleados de casinos deben trabajar sentados, por lo tanto el empleado que se siente terminará trabajando en los baños». Así fue que todo empezó a cambiar en la vida de esta mujercita que ya hacía dos años y medio prestaba servicios para esa empresa de juegos de azar. Una empresa que, al parecer para adentro, no deja nada en manos de la suerte o el destino, todo está normado y organizado para exprimir al máximo el negocio.

Para Denis, los problemas empezaron antes de dar a luz a su bebé, que hoy tiene seis meses. Primero reclamó la reducción de una hora de trabajo, estipulada por ley debido a su embarazo, pedido al que nunca accedieron las autoridades de la empresa. Como respuesta sólo recibió una velada amenaza: «andá y quejate en el Ministerio de Trabajo si sos tan valiente…», pero por temor a perder el trabajo nunca hizo aquel reclamo.

Finalizando el mes de marzo pasado, la relación entre los jefes de Crown y Denis Córdoba empeoraba cada vez más. Una noche de mucho trabajo faltaron cuatro champagnes marca Chandon y la responzabilizaron de esa desaparición. Denis nos contó que ese día la increparon por el faltante y ella dijo «mire yo cobro lo que indica la máquina, cuento el dinero y a mí no me faltó nada. Yo no tengo porque controlar a los barman o a cualquier otra persona para vigilar si sacan o no alguna bebida, para eso hay otro personal, a mi la caja me da bien, y si el ticket de los Chandones no está y la botellas tampoco, no es mi culpa, alguien se los habrá llevado…».

Denis continuó su relato: «…con el paso de los días me entero por terceros que estaban desparramando entre los empleados que me había robado la plata de esas botellas, hasta que un día llegué al casino y le pregunté al gerente (Luis Gonzalez), qué era lo que estaba pasando conmigo. Primero hizo una insinuación de mal gusto porque se me abrió el botón de la camisa cuando me senté para entablar el diálogo, en donde además le pensaba reclamar algunos francos compensatorios que ellos me debían. Yo comencé a llorar y encima me dijo -en relación al botón desprendido- si así me venís a pedir franco….»

«Entonces traté de recuperarme y le pregunté qué era lo que me estaban haciendo porque a mí no me hacía bien ir a trabajar y que todos me trataran como una ladrona, cuando en realidad aquellas botellas yo nunca las vi. El me respondió: Mirá yo lo único que te puedo decir es que estamos deliberando entre los jefes el castigo que te vamos a dar… Ahí tuve la sensación de ser una delincuente, cuando lo cierto es que no había hecho nada. Me sentí re-mal, porque no podía entender como una persona en el cargo que ocupa González y con los años que hace que trabaja en la empresa, me tratara de esa manera…»

A los pocos minutos el gerente -según el relato de la empleada- bajó a una especie de sótano húmedo en donde se cambian los empleados y dijo adelante de todos: «…si ustedes supieran como vino Denis a pedirme franco… se desprendió la camisa…», a lo que la empleada en cuestión le respondió: «usted no se olvide que tiene una hija de quince años y no le gustaría que la traten como a mí acá adentro…». A los pocos días Denis se enfermó, la empresa SEM constató su estado y justificó su ausencia laboral, pero el sábado siguiente le prohibieron el ingreso al trabajo, reclamándole la tarjeta de asistencia en la entrada del casino.

«Yo les dije, si quieren la tarjeta págenme lo que me deben, después necesito una explicación y una razón por escrito sobre la prohibición de ingresar. Pero el personal de seguridad insistió en que les entregue la tarjeta y les dije que si me tocaban para revisarme y sacármela yo iba a empezar a gritar y los iba a denunciar a él y al gerente por acoso sexual, porque para mí la intención era manosearme. Todo quedó ahí y finalmente no me dejaron entrar. Yo estaba con una persona que vio todo y me acompañó a la comisaría del barrio Guido donde radiqué una denuncia sobre lo que me acababa de suceder…».

Denis no se quedó tranquila y fue al Sindicato de Comercio de Viedma para pedir ayuda, pero no tuvo eco, sólo le ofrecieron asesoramiento legal, pero nadie realizó gestión alguna en la empresa para que la reintegraran a sus labores. «Más que un gremio eso parece un estudio jurídico…», comentó.

Hasta el dia de hoy, Denis Córdoba, no recibió ninguna explicación por escrito respecto a su situación laboral y tampoco le pagaron lo que le correspondía por sus años de trabajo, si es que la consideran fuera de la empresa. Ella cuenta que durante los nueve meses de embarazo trabajó parada en el kiosco de la entrada del casino, «con mucho frío, por lo que mi hija nació con microcefalia aislada, debido a la retención de líquido ocasionada por estar parada toda la noche y sin que me dejaran descansar ni ir a orinar, según dijo mi médico».

«Trabajaba ocho horas siendo que por ley, en mi estado, me correspondía una hora menos. Además cuando me descomponía, me mandaban a descansar a un lugar, tipo sótano, donde las paredes están todas podridas por la humedad, no había ventana para poder abrir y respirar un poco de aire puro sin tanto humo de cigarrillo, y a eso sumale que el lugar estaba con los pisos llenos de agua. Horrible. En esos días la pase muy mal y así me pagan hoy, quitándome el trabajo sin ninguna explicación…».

TODO ESTA A LA VENTA.

AHI ADENTRO, VALE TODO.

El sueldo que se gana en el casino, no es malo y por supuesto nadie quiere ponerlo en riesgo denunciando las situaciones difíciles que les tocan vivir. Por caso, muchas veces las empleadas deben soportar el acoso sexual de clientes que pierden el control entre el alcohol y el vértigo del dinero.

Cuentan que muchas veces son perseguidas por clientes, hasta vivir situaciones de tensión extremas sin que ninguna autoridad del casino haga nada, miran para otro lado dejando a sus empleadas indefensas. «Usted no sabe las veces que me he tenido que esconder en el sótano o en la cocina porque clientes que son conocidos vecinos de Viedma me perseguían e incluso en una oportunidad uno de ellos llegó a tirarme la bebida de su copa en la caja para que le contestara si quería o no salir con él».

«Yo soy casada y tengo una hija, los jefes lo saben y no hacían nada mientras, por ejemplo, un conocido comerciante de Viedma me decía de todo mientras yo estaba llorando al lado del gerente que en ningún momento lo detuvo ni me defendió. No sólo eso, nos obligaban a llevar polleras bien cortas y cancanes finitos blancos. Usted no sabe el frío que pasábamos a veces y la vergüenza que nos daba, más que nada a las que tenemos pareja o somos casadas. Ahí nadie te respeta, uno no vale nada…»

Denis ya envió tres telegramas para que le aclaren su situación laboral y no le contestaron nada. El cuarto telegrama que la jovencita remitió a las autoridades del Casino Crown de Viedma sostiene que «en virtud de la falta de respuesta de esa empresa me considero depedida bajo su exclusiva responsabilidad…», informándoles además que iniciará las acciones legales que sean necesarias para cobrar los salarios adeudados, las diferencias salariales de los últimos 24 meses, el pago por maternidad, más la indemnización correspondiente. Este último intento por conseguir una respuesta, también fue inútil.

Denis nos cuenta que cuando tuvo a su hija le hicieron firmar un papel como que había percibido la suma correspondiente al pago por maternidad que nunca se hizo efectivo. «El gerente me aseguró que me la iban a pagar, pero todo fue una tomada de pelo. Tras todo lo que padecí, me trataron como una ignorante, como si yo no me diera cuenta que no me lo estaban pagando».

«En ese momento fui a averiguar a la Subsecretaría de Trabajo y me dijeron que me correspondía y que según el recibo no me lo estaban pagando. Cuando se los volví a reclamar diciendo que las autoridades me habían avalado el reclamo, me volvieron a amenazar diciéndome: «si sos tan guapita para ir al ministerio mandanos un telegrama…»

«Yo no me animé en ese momento a mandarles nada porque tenía miedo, porque no quería que me tuvieran bronca y que al final perdiera el trabajo, pero hoy me arrepiento porque igual perdí todo. Hoy estamos a esta fecha que ya hace un mes y tres días que me prohibieron la entrada y no tuve ninguna respuesta a mis reclamos. Lo único que me mandaron a decir fue que posiblemente a fin de mes me liquiden lo adeudado, si Dios quiere…».

Por lo que cuenta Denis y también una de sus compañeras que aún tiene el puesto de trabajo y tiene miedo dar dar a conocer su nombre, lo que les sucede a varias empleadas de Crown Casino, son claros ejemplos de mobbing (ver recuadro), sobre los que en nuestra provincia hay varios antecedentes y un fallo del Superior Tribunal de Justicia, que avaló el reclamo del trabajador que plantee esa situación.

Para Denis, la situación se torna cada día más angustiante ya que con su hija enferma de microcefalia y sin empleo, la Obra Social OSECAC sólo cubrirá sus necesidades de asistencia médica dos meses más, para luego quedar sin ayuda social ni trabajo que le permita acceder a los medicamentos que debe comprar para el tratamiento de la pequeña Morena.

Con los ojos llenos de lágrimas y lo que le queda de fuerzas para pelear por su dignidad Denis, nos termina diciendo: «Mire usted como será de grave mi situación que para que la Obra Social me cubra la vacuna de la hepatitis para mi hija, tengo que presentar el último recibo de sueldo o el telegrama de despido. Yo no tengo ni el último recibo de sueldo porque nunca me lo pagaron, ni el telegrama de despido. Yo no tengo nada, incluso el mes pasado me pagaron nada más que 500 pesos y sin recibo de haberes, mientras que mi sueldo es de 1.300, por lo menos eso es lo que venía cobrando… Durante mucho tiempo me faltaron el respeto, me maltrataron, me insultaron y me mintieron. ¿Usted me puede ayudar en algo o decirme qué puedo hacer? Por favor…yo ya no sé qué hacer, todos mis compañeros cobraron y a mi no me depositaron nada, ni me dieron una respuesta. Yo no quisiera perder el trabajo, pero la verdad es que me lo sacaron…Ya no creo ni en el abogado que fui a ver y que dice que todo va a salir bien…No quería hacer problemas pero no me dejan otra alternativa, yo quisiera que me reincorporen porque a dónde voy a conseguir otro trabajo en el que me paguen 1.300 pesos libres por mes, con aportes y la Obra Social de Comercio, que le cubre a mi hija todas las necesidades para poder curarse de su enfermedad…»

«Además, si pierdo definitivamente este trabajo, cuando vaya a buscar otro, qué voy a decir si me preguntan porque me dejaron sin empleo en el casino, o si averiguan mis antecedentes ellos les van a decir que me robé cuatro champagnes y nadie me va a querer tomar porque seguramente le van a creer a ellos y no a mí que no soy nadie, además no voy a mentir y decir esto me da mucha vergüenza…».

Recientemente fue despedida otra de las trabajdoras de Crown Casino, pero en ese caso sí le llegó un telegrama, con un llamativo texto que reza: «usted ya no pertenece más a la amistad de la empresa Crown. Pase a cobrar su liquidación de haberes el próximo 24 de abril».

Según lo que pudimos averiguar «la amistad» de la empresa Crown Casino es algo especial y por cierto bastante lejana a la verdadera definición de amistad.

Está claro que desde estas páginas poco podemos hacer por ayudar a Denis y a las otras empleadas de esa particular empresa, aunque nunca hay que perder la esperanza de que alguna autoridad de la Subsecretaría de Trabajo tome nota de la situación planteada y haga algo por ponerle coto al trato cuasi exclavista que allí se les da a los trabajadores.

Evidentemente y por lo que cuentan quienes quedaron afuera de la noche a la mañana, lo único que importa en ese mundo «mágico» de fichas y dinero fácil -que se va fácil- es que cada vez haya más gente gastando plata en los juegos de azar y menos trabajadores con la dignidad suficiente como para reclamar lo que les corresponde.

Angel Ruiz

¿QUE ES EL MOOBING?

Es el encadenamiento sobre un período de tiempo bastante corto de intentos o acciones hostiles consumadas, expresadas o manifestadas, por una o varias personas hacia una tercera (la víctima)

La palabra mobbing deriva del verbo inglés “To mob” que se traduce ser atropellado o atacado por la multitud. En la Etología, el término mob fue introducido por Konrad Lorenz para referirse al comportamiento agresivo de ciertos grupos de animales con el objetivo de echar a un intruso del territorio. Algo así como lo que le pasó a nuestra Denis.

La primera persona que estudió el mobbing como violencia psicológica en el sitio de trabajo y como causante de patología fue el psicólogo alemán, Heinz Leymann, quien en 1986 definió y describió en un libro las consecuencias, sobre todo en la esfera psíquica, de las personas expuestas a un comportamiento hostil y prolongado en el tiempo por parte de los superiores o compañeros de trabajo. Este fenómeno social que se da en el ámbito de las relaciones laborales, cuando se ejerce una violencia psicológica extrema y prolongada en el tiempo, en España se lo ha calificado como un psico-terror laboral.

Hay diferentes acepciones de este término que si bien se utilizan como sinónimos en algunas bibliografías, no lo son en su total dimensión:

-Bossing: acoso de un jefe o sus representantes, para deshacerse de un empleado incómodo.

-Bullying: suele aplicarse a las humillaciones y novatadas en ambientes escolares. También en casos de violencia ejercida por la propia organización .

-Whistleblowing: se refiere a los “bocazas” que ponen en evidencia los problemas de la organización, mediante denuncias públicas o legales, por lo que la empresa se venga de ellos utilizando variadas represalias.

-Ijime: El acoso japonés. “El clavo que sobresale se encontrará con el martillo”, dice un refrán japonés, que sintoniza con los enemigos del individualismo.

El victimario, que suele ser serial, carece de capacidad de empatía (de establecer lazos emocionales internos y externos y de reconocer al otro como persona y no mero objeto de manipulación). Sin embargo hiperactua la afabilidad, ya que es extremadamente cuidadoso de las formas sociales, en especial con quienes detentan alguna cuota de poder.

La víctima suele no ser conciente de que ha sido seleccionada por el acosador, o la misma organización como el blanco a apuntar.

EL ESTE RIONEGRINO Nº 336 – PERIODICO SEMANAL
Redacción: Alsina 367 – Viedma

TEL: 02920-420654/15602217/15613471

EDICION: Del 6 al 13 de Mayo del 2006