07/03/2007

Defensa de la soberanía en las tierras del sur

LA MÁS HEROICA GESTA EN DEFENSA DE LA SOBERANÍA DE LAS TIERRAS DEL SUR El 7 de Marzo la Comarca Viedma-Patagones, festeja la victoria de su pueblo sobre la poderosa escuadra del Imperio del Brasil y, con justa razón, es considerada la “Fiesta mayor de la comarca.” Solo remontándonos, a los hechos de una historia, […]

LA MÁS HEROICA GESTA EN DEFENSA DE LA SOBERANÍA DE LAS TIERRAS DEL SUR

El 7 de Marzo la Comarca Viedma-Patagones, festeja la victoria de su pueblo sobre la poderosa escuadra del Imperio del Brasil y, con justa razón, es considerada la “Fiesta mayor de la comarca.”

Solo remontándonos, a los hechos de una historia, apenas citada por algunos historiadores, entenderemos el por qué de este orgullo, el fervor patrio y la algarabía popular, con que se viven los 7 días que duran los festejos.

En 1827, Patagones era un caserío, de no más de 600 habitantes, nido de corsarios, indios mansos, negros, y algunos criollos, separado de la capital del Río de La Plata, por un desierto infinito.

Era un puerto, cuyos ranchos, de barro y paja, trepaban las barracas de la margen norte del Río Negro, a unos 20 Km. de su desembocadura, en el Atlántico de la Patagonia Norte, donde se integraban las más diversas costumbres y culturas.

ARGENTINA EN GUERRA.

Argentina entre el 1825 y 1828 estaba en guerra con el Imperio del Brasil, originada, por las pretensiones brasileras de tomar, como propio, el territorio de la Banda Oriental.

Para enfrentar,en el mar al poderoso Imperio del Brasil y no contando con fuerzas propias, capaz de enfrentar tamaña escuadra, el gobierno nacional, decidió entregar patente de corso a barcos de las más variadas banderas, para contrarrestar, en el mar, las fuerza del Brasil.

La guerra afectó la economía del Imperio y este decidió mandar una escuadra al mando el Capitán de Fragata James Shepherd, a Carmen de Patagones, para destruir la población, y apoderarse del puerto, que los corsarios habían adoptado como refugio.

En vano fue la solicitud de ayuda de los patagónicos al gobierno nacional. Al enterarse de que la escuadra imperial, se encontraba en la desembocadura del río, los pobladores se reunieron, en el fuerte, sin distinción, de color, origen, o raza, con un solo objetivo defender el puerto.

La defensa de nuestra soberanía, el 7 de marzo, en la Comarca Viedma- Patagones es un hecho de suma relevancia en la historia del sur argentino, pero poco destacado en la historia oficial.

Los héroes, son algo más que particulares, si pretendemos compararlos con los clásicos héroes, presentados en los manuales de historia.

LOS PROTAGONISTAS DE LA DEFENSA

En el fuerte, mujeres, niños y ancianos presumían de soldados, con disfraces del momento para engañar.

En el río estaban los corsarios, el galés, Santiago Jorge Bynon-Bisson comandando la corbeta Chacabuco, en otras embarciones, Jaime Harris ” el cojo” , el francés Pedro Dautant , el norteamericano Bautista Thorne, este última desde “La Bella Flor” y al mejor estilo corsario, fue el primero en saltar al abordaje a la Corbeta Itaparica y arriar la bandera imperial.

Participó activamente en la organización de la defensa, Ambrosio Mitre, padre de Bartolomé Mitre.

El gaucho Molina, dejo de andar entreverado con los indios, para sumar a sus paisanos, del más variado pelaje y ponerse a las órdenes del Subteniente Olivera.

PRIMERA BATALLA

La desembocadura del río estaba defendida por cuatro cañones, algunos corsarios para dispararlos y casi un centenar de negros desarmados, al mando del coronal Pereyra. La crónica de la época, destaca la desigual y heroica defensa en esta primera batalla.

Ema Nozzi, una de las historiadoras, que con más pasión, investigó los hecho del combate del 7 marzo, nos comenta que “… Cuando era eminente la caída de la posición de los defensores ante la superioridad de las fuerza invasoras, el coronel Pereyra ordena tocar la retirada”. ¿Y que sucede?, los negros no obedecen y continúan enardecidos la pelea.

“Seguramente sentían que estaba en juego su libertad.”, reflexiona la historiadora, “Basta imaginar como traían a esos pobres hombres en las bodegas de los barcos, para comprender lo que habían sentido al divisar la bandera de la escuadra imperial, solo así, entenderemos el porque de su bravura en la pelea”.

Ante la desobediencia el Coronel Pereyra se saca el cinto y a cintazos logra la retirada de sus hombres, dejando en las arenas de la desembocadura del río a la los tres primero héroes de esta resistencia, el corsario de origen italiana Fiori y dos negros de infantería.

EL TRIUNFO

Batalla del Cerro La Caballada.

El 7 de marzo de 1827 a la madrugada los brasileños desembarcan 400 infantes armados a cuatro leguas del Fuerte del Carmen. Debido al mal tiempo, el ataque se inicia por tierra. Un baqueano negro que conocía la región, dirigía la columna. Con la excusa de alejarlos de las barrancas los interna en el monte.

Después de andar más de 4 horas perdidos, cansados y muertos de sed, ponen su último esfuerzo en trepar el Cerro de la Caballada.

Para su desazón Shepherd, que llevaba redactado en su bolsillo los términos de la rendición, se sorprende al comprobar que todo el pueblo estaba en pie de guerra.

Olivera y la caballada del gaucho Molina los sorprenden y dan la batalla final, allí muere el comandante de la fuerza imperial, Shepherd, los invasores con la moral por el suelo, retroceden para encontrar refugio en las naves. Los corsarios defensores se desplazan por el río hacia donde estaban los veleros invasores. Olivera y los jinetes del gaucho Molina permanecen todo el día en la persecución.

Fernando Alfaro es el elegido por Olivera para exigir la rendición de los infantes y dar aviso de la noticia. El capitán Eyre, que reemplazaba a Shepherd, confirma que hará entrega de las armas si se le asegura que la totalidad de las naves están rendidas. Olivera entonces manda a Alvarez a la costa para asegurar la noticia. Pero, con o sin una rendición total, el capitán brasileño decide entregarse.

De esta forma, 306 hombres y 13 oficiales entregan sus armas. Los derrotados caminan hacia la costa. Bajan de la planicie donde comienzan acantilados altos de arenisca, en el lugar denominado Barranca de los Loros.

La noticia llega a la población a través de un joven, Marcelino Crespo, el Mensajero de la Victoria.

CONSECUENCIAS

Patagones salió victorioso, a pesar de la escasez y la pobreza de medios. Con esa victoria se fortificó la soberanía de la Nación en el sur argentino. El Gobierno Central y el pueblo argentino comprendieron que el sur era parte de la Nación.

A partir de aquí Carmen de Patagones dejó de tener ese sentimiento que aún lo ligaba a España y se incorpora al sentir nacional. Los maragatos se sienten argentinos.