Ante el pedido de que renuncie, el ministro de Salud de Río Negro expresó que ‘hace seis años que está en el puesto’, entonces, precisamente por ello, es de su exclusiva responsabilidad el lamentable estado sanitario y no le puede echar la culpa a nadie de que la provincia carezca de adecuadas políticas de Salud; de haber implementado un sistema de Recursos Humanos amorfo, que no tiene en cuenta la especialización, la capacitación y la dedicación; que no se haya implementado ningún concurso para cubrir jefaturas y direcciones; que en casi todos los hospitales se carezca de los insumos básicos, obligando a los directores a hacer maravillas y recurrir a las cooperadoras para poder funcionar.
Por otro lado, logró disminuir en un 50% el poder adquisitivo del personal, obligando -a quienes pueden-, a realizar más guardias y horas extras para llegar a fin de mes. Tampoco solucionó los problemas de infraestructura, como por ejemplo en el Hospital de General Roca, su ciudad.
También es su responsabilidad como ministro de Salud el haberse aliado con ATE y haber amenazado con sumarios al personal que advirtió de una posible saturación en las camas de la Unidad de Terapia Intensiva en vez de escuchar, reunirse y buscar una solución consensuada. Es lamentable también tener el triste honor de haber colocado a Río Negro en el podio de las provincias que tienen más contagiados de COVID 19 por habitante.
Si, Señor Ministro, todo eso lo hizo Usted en seis años.
El funcionario expresó también en estos días que no renunciará hasta que no le pida la renuncia la Gobernadora. Evítele ese mal momento y presente su renuncia de forma indeclinable, solicitándole que lo nombre en un área de acorde a sus conocimientos. Zapatero a tus zapatos.
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(*) Foto ilustrativa tomada del Diario de Río Negro
