El gobernador Weretilneck que no habla de salarios a sus trabajadores desde hace años, pero sí les pide el voto y gasta sumas que no muestra en publicidad eleccionaria, debe asumir su responsabilidad política en este contexto. Los agentes de la Administración Pública rionegrina necesitamos que tenga un mínimo de sensibilidad social y se ponga a la altura de las circunstancias, sobre todo considerando los irresponsables ‘descuentos’ del -40% en nuestros sueldos durante estos últimos dos años. La disparada del dólar, en una economía donde las tarifas y alimentos están atados a las corridas cambiarias, hace necesario un URGENTE tratamiento salarial. Ayer martes, una amplia lista de productos básicos de la canasta impuso aumentos de hasta el 20% que agravan bruscamente nuestra deteriorada capacidad de consumo y subsistencia.
En Río Negro, el gobernador Weretilneck, alineado con el gobierno nacional (para quien incluso pidió el voto hace unos días) aplicó las políticas de ajuste sobre los salarios, los servicios del Estado y un feroz endeudamiento en espejo con las decisiones de Nación y ahora debería hacerse cargo de sus medidas imprudentes. Los salarios, a partir de la situación desatada ayer, no pueden ‘aguantar’ ninguna corrida cambiaria ni inflacionaria más. Tenemos trabajo, sí, pero en breve parece que deberemos pagar para sostenerlo.
Los trabajadores no somos responsables de los desmanejos políticos provinciales ni nacionales y demasiados mansos somos ante los atropellos sobre nuestros ingresos. La necesidad de una recomposición salarial para los agentes de esta Administración Pública reviste SUMA URGENCIA.

Esta mañana se envió un nota a la secretaria de la Función Pública solicitando convocatoria urgente a reunión: