¿Dónde murió Hitler?

( Reportaje a Abel Basti )
Abel Basti nació en Olivos en 1956 y se formó en la Escuela Superior de Periodismo de Buenos Aires. Prontamente comenzó a desempeñarse como cronista en el diario Clarín y en otros medios gráficos porteños, aunque poco más tarde decidió alejarse de su profesión para desempeñarse como guardaparque en el Parque Nacional Nahuel Huapi. Doce años después, retornó a la actividad periodística para trabajar como corresponsal de la agencia Diarios y Noticias (DyN) y de los diarios Ambito Financiero y La Mañana del Sur.

Basti, radicado en Bariloche desde 1978, dedicó gran parte de su vida profesional a desentrañar la historia de los nazis que arribaron a la Argentina. Sus investigaciones lo condujeron a una certeza: Hitler no murió en las últimas horas de la guerra, sino que por el contrario huyó hacia nuestro país, donde habría concluido sus días varios años después de la caída de Berlín.

"> ¿Dónde murió Hitler?

( Reportaje a Abel Basti )
Abel Basti nació en Olivos en 1956 y se formó en la Escuela Superior de Periodismo de Buenos Aires. Prontamente comenzó a desempeñarse como cronista en el diario Clarín y en otros medios gráficos porteños, aunque poco más tarde decidió alejarse de su profesión para desempeñarse como guardaparque en el Parque Nacional Nahuel Huapi. Doce años después, retornó a la actividad periodística para trabajar como corresponsal de la agencia Diarios y Noticias (DyN) y de los diarios Ambito Financiero y La Mañana del Sur.

Basti, radicado en Bariloche desde 1978, dedicó gran parte de su vida profesional a desentrañar la historia de los nazis que arribaron a la Argentina. Sus investigaciones lo condujeron a una certeza: Hitler no murió en las últimas horas de la guerra, sino que por el contrario huyó hacia nuestro país, donde habría concluido sus días varios años después de la caída de Berlín.

" />
12/12/2005

¿Dónde murió Hitler?

¿Dónde murió Hitler?

( Reportaje a Abel Basti )
Abel Basti nació en Olivos en 1956 y se formó en la Escuela Superior de Periodismo de Buenos Aires. Prontamente comenzó a desempeñarse como cronista en el diario Clarín y en otros medios gráficos porteños, aunque poco más tarde decidió alejarse de su profesión para desempeñarse como guardaparque en el Parque Nacional Nahuel Huapi. Doce años después, retornó a la actividad periodística para trabajar como corresponsal de la agencia Diarios y Noticias (DyN) y de los diarios Ambito Financiero y La Mañana del Sur.

Basti, radicado en Bariloche desde 1978, dedicó gran parte de su vida profesional a desentrañar la historia de los nazis que arribaron a la Argentina. Sus investigaciones lo condujeron a una certeza: Hitler no murió en las últimas horas de la guerra, sino que por el contrario huyó hacia nuestro país, donde habría concluido sus días varios años después de la caída de Berlín.

Como otros escritores que han incursionado en este tema, Basti vincula la llegada de Hitler a las costas patagónicas con el convoy de submarinos que, con el consentimiento del Gobierno británico y seguramente de los Estados Unidos, pudo huir hacia estas latitudes. Dos de estos submarinos se entregaron en Mar del Plata meses después de finalizado el conflicto, y otros dos, presuntamente, estarían hundidos en Caleta de los Loros, en cercanías de Viedma. Además de trabajar para la productora Cuatro Cabezas, que realizó un documental sobre está temática, Basti ha participado y coordinado diversas expediciones en el litoral argentino con la finalidad de encontrar los cascos hundidos de los submarinos que habrían formado parte de aquella operación.

-Usted ha participado en varias exploraciones en el área de la Caleta de Los Loros en la búsqueda de dos submarinos alemanes que presuntamente están hundidos en el lugar. Los resultados fueron negativos. ¿Sigue creyendo que están allí?
– Este tipo de búsquedas suele ser extenso en el tiempo. A veces dura varios años, especialmente porque no se tienen las coordenadas exactas de los sitios donde fueron hundidos los submarinos alemanes. Los rastreos realizados hasta ahora han permitido ir descartando zonas para comenzar así a explorar otras, todas ubicadas en cercanías de la Caleta de los Loros. Creo que estamos cada vez más cerca de encontrarlos.

-En su libro “Bariloche Nazi” y en la página web barilochenazi.com.ar, usted afirma que Hitler vivió en esa ciudad. ¿Pudo haber desembarcado con Eva Braun en La Caleta de los Loros, como afirma Jeff Kristenssen en su libro “Operación Patagonia. Hitler murió en la Argentina”?
-Ambos -el matrimonio Hitler- desembarcaron de un submarino que llegó a la Patagonia. Esa nave, sin duda, formaba parte de un convoy de una docena de U-Boote que realizó la evacuación de jerarcas, documentos y divisas del Tercer Reich.

-También en “Bariloche Nazi” señala dos sitios: la estancia San Ramón y la residencia Inalco, como los lugares donde Hitler vivió acompañado de Eva Braun.

Puede dar detalles sobre ellos y sobre quiénes construyeron la residencia?
-La estancia San Ramón perteneció al principado alemán de Schaumburg-Lippe, la familia de Bernardo de Holanda, y luego a la firma Lahusen, también de capitales alemanes. Con sus 100.000 hectáreas era el campo alambrado más grande de la región en manos privadas. Fue un verdadero refugio para los nazis escapados de Europa, incluyendo a Hitler y su esposa.
Los propietarios de “Inalco” son más misteriosos, ya que únicamente figuraba como testaferro el abogado Enrique García Merou. Era un hombre ligado a empresarios alemanes y al entonces presidente Juan Domingo Perón. Las dos propiedades, por otra parte, tienen costa sobre el lago Nahuel Huapi.

-Priebke, sin duda, es el nazi más “popular” de los que vivieron en Bariloche. ¿Qué otros puede mencionar en orden de relevancia por el lugar que ocuparon durante el Tercer Reich?
-La lista es muy grande y he tratado de citar los más importantes en “Bariloche Nazi”. Entre los más notorios estaban, sin duda, Adolf Eichmann y Josef Mengele.

-Se dice que el almirante Canaris, que estuvo en Bariloche luego del hundimiento del “Dresden” en Chile en la Primera Guerra Mundial, y que volvió a esa ciudad en la década del ’20, tuvo la misión de hallar un lugar para esconder a Hitler. Dšenitz, el jefe de la marina alemana, dijo en un acto de promoción de cadetes navales que la armada germana había construido para el Fürher un lugar inexpunable en un lugar paradisíaco, que muchos vinculan, precisamente, con Bariloche. ¿Qué opinión tiene al respecto?
-Efectivamente, Canaris estuvo en Bariloche y mantuvo relación con la comunidad alemana radicada a orillas del Nahuel Huapi. El volvió al país en más de una oportunidad, hasta ser designado jefe de espionaje de Hitler. La información que trasmitió Canaris a Berlín sobre la Patagonia en general, y Bariloche en particular, fue muy importante para los nazis. Por esta razón, la Patagonia fue incorporada como destino principal en un plan de evasión ideado en 1943 ante la eventualidad de que Alemania perdiera la guerra. Los nazis tenían excelente información sobre eventuales sitios de desembarco, así como de los lugares donde esconderse en el sur argentino, con apoyo de los alemanes residentes. El almirante Dšenitz se refirió a un “paraíso, un refugio inexpugnable” donde trasladar a Hitler en caso de necesidad. Cada uno puede imaginar a qué lugar aludía.

-“Ultramar Sur”, el libro de Juan Salinas y Carlos Di Napoli, demuestra con rigor documental que hubo un pacto entre Dšenitz y el almirantazgo británico para permitir la fuga de un convoy de submarinos, dos de cuales se entregaron en Mar del Plata meses después de finalizada la guerra. ¿En qué consistió ese pacto? ¿los submarinos de la Caleta de Los Loros habrían formado parte de ese grupo?
-Hubo un acuerdo entre los Aliados y los nazis -documentado como operación “Paper Clip”- para evacuar personas y bienes de la Alemania nazi antes que los soviéticos conquistaran Berlín. La salida de un convoy de submarinos, que cruzaron el Atlántico, era una operación imposible sin ese acuerdo con el mando aliado. Los dos U-Boote que se encuentran en La Caleta formaron parte de ese grupo, indudablemente.

-¿Tiene planeado continuar con la búsqueda de los submarinos de La Caleta?
-La búsqueda no se ha paralizado en ningún momento. Hemos estado realizando campañas cortas para continuar con un relevamiento magnetográfico de la zona. Este estudio permite evaluar distorsiones del campo magnético terrestre, en esa área, como consecuencia de la presencia de los cascos hundidos de los submarinos. Actualmente, esa información se está procesando para evaluar los próximos pasos a seguir. Como dije antes, ya hemos descartado algunas zonas -son cuadrículas marcadas en el mar- pero hemos incorporado otras que forman parte de los nuevos estudios.

-Le formulo esta última pregunta y la más inquietante: ¿Hitler murió acá, en la Patagonia?
-No, no murió en la Patagonia. Estoy por lanzar “Hitler en Argentina”, un libro de seiscientas páginas con gran cantidad de fotos y documentos. En el mismo aparecen los testimonios de quienes estuvieron con Hitler en el país. En estos momentos estoy centrado en la investigación de la muerte de Hitler y los pocos datos que he reunido hasta ahora indican que falleció en los años ’60 en Argentina, pero no en el sur. La Patagonia fue su refugio circunstancial durante los primeros años de su exilio.

El 17 de agosto de 1945 se entregó en Mar del Plata el U-977.
Los submarinos de Caleta de los Loros podrían haber cruzado el Atlántico junto con esta nave.

Testigos de la Caleta

Jeff Kristenssen, seudónimo que utilizó Manuel Monasterio para firmar su libro “Operación Patagonia. Hitler murió en la Argentina”, sostiene que un suboficial del Graf Spee, el acorazado de bolsillo hundido en el Río de la Plata el 17 de diciembre de 1939, fue reclutado por los nazis a fines de julio de 1945 para formar parte de una operación secreta cuyo objetivo le habría confesado al autor del libro décadas más tarde. El marino, según Kristenssen, fue testigo del desembarco de Hitler en Caleta de los Loros. Luego de recalar en San Antonio Oeste, el grupo se habría dirigido a la cordillera rionegrina. Allí, este hombre habría servido a Hitler hasta su muerte.

Lo dicho hasta aquí se conecta con la información de un paquete de más de setecientos documentos del FBI recientemente liberado del secreto. Allí se dan pruebas de que los servicios de investigaciones norteamericanos sospecharon siempre que Adolfo Hitler había escapado de Berlín antes de su caída.
Uno de los documentos, del 21 de septiembre de 1945, menciona el testimonio de un ciudadano argentino residente en Los Angeles, California, cuyo nombre fue tachado por el FBI. Según este testigo, Hitler habría llegado al golfo de San Matías dos semanas y media después de la rendición de Berlín, ocurrida el 2 de mayo de 1945. De acuerdo con esta información, dos submarinos habrían llegado de noche a las costas del golfo, más precisamente a la Caleta de los Loros, y Hitler habría desembarcado en el lugar.

Abel Basti es autor del libro “Bariloche Nazi”.

Textual: el escape de Hitler

“El FBI desclasificó un archivo secreto referente a Hitler en junio de 1998. Todos los informes están dirigidos al director del FBI, Edgard J. Hoover. El primero en orden de tiempo, fechado el 14 de agosto de 1945, está rubricado como el Nº 374 y 375. Del memorando se desprende que hubo una detallada información referente al desembarque de Hitler desde dos submarinos en una solitaria playa patagónica.

Otras pequeñas informaciones se pueden rescatar entre las 745 fojas desclasificadas. Una es un recorte del Washington Daily News, del 18 de diciembre de 1957, foja Nº 279. Un piloto dijo que llevó a Hitler y a Eva Braun a Dinamarca, información que resulta repetida en un editorial de la revista Zig Zag, publicada en Chile el 16 de enero de 1948. Lo más interesante de esta información es que esta provoca dos días después en el Diario Ilustrado de Santiago la aparición de un testigo indirecto de la presencia de Hitler, más de una hora después de su muerte oficial, frente a un avión jet, discutiendo y gesticulando con un grupo de jerarcas y con una actitud para nada suicida.

En agosto de 1998 otros elementos se agregaron. Eugenia Schaffer atestiguó que Hitler vivió y murió en la Patagonia, que Boehme, Rudel y Mengele estuvieron presentes (junto con Hitler en una reunión en una chacra del Alto Valle, más precisamente en la zona de Guerrico).

Las últimas confirmaciones de cuanto he expuesto se remontan a fines de 1998, cuando una expedición noruega de la NTNU recorrió con un sonar de barrido lateral el área de dunas sumergida frente a Caleta de los Loros. Repitiendo el recorrido de las anteriores expediciones, relevaron las mismas anomalías magnéticas y, tras analizar su trabajo, encontraron unas imágenes digitalizadas sospechosas: dos figuras paralelas que sobresalían del fondo llamaron la atención por su tamaño, cuyas formas corresponderían a las medidas del casco interior de un U-Boote XXI, no completamente cubierto de arena.

Estas imágenes fueron relevadas unos 800 metros mar afuera del punto objeto de las anteriores expediciones en donde yacería otro U-Boote completamente tapado por la arena. Estas pruebas indirectas confirmarían los memorandos del FBI de agosto y septiembre de 1945 en cuanto a que dos U-Bootes desembarcaron a Hitler en una aislada playa cerca de San Antonio.” (Fragmento del libro “El escape de Hitler”, de Patrick Bursinde. Ed. Planeta, 2000, pág. 447 y siguientes).

En su libro “Bariloche Nazi”, Basti señala los sitios en donde
vivieron los nazis refugiados en la ciudad lacustre, como el alemán Priebke.

Hitler y Eva Braun habrían vivido en San Carlos de Bariloche.

Adolf Eichman vivió en San Carlos de Bariloche. Nunca conoció a Hitler,
aunque es reconocido como el padre del sistema de exterminio del régimen nazi.

En la residencia “Inalco”, cercana a Villa La Angostura, Hitler habría vivido junto a su mujer.

Las tropas soviéticas fueron las primeras en encontrar los cadáveres calcinados por el fuego de Hitler y Eva Braun en las afueras del Fühererbunker. Stalin le hizo saber a Churchil, cuando se reunieron en Berlín tras su caída, que no creía que esos cuerpos pertenecieran a la pareja.

Fuente: Noticias de la Costa.