Desde la UPCN solicitamos que, en un gesto de interés por los trabajadores de la Administración Pública a su cargo, la gobernadora convoque de manera urgente a una reunión de la Mesa de la Función Pública para discutir y buscar soluciones a la deteriorada situación salarial de los agentes del Estado rionegrino. Cuestión que NO es producto de la pandemia, sino que lleva un arrastre de más de dos años de paulatino y constante recorte que dejaron a nuestros salarios en más de un -50% por debajo de la inflación oficial en ese período (desde 2018 a la fecha).
Cabe destacar aquí que solamente en el ultimo año, desde junio de 2019 a junio de 2020, la inflación interanual marcó un 42.8% y los salarios se incrementaron apenas un 20.7%, inclusive incorporando al cálculo el bono por única vez de octubre pasado, que no quedó integrando el salario de hoy. Todo esto calculado sobre los sueldos de categoría 3 o 4 (Ley 1844) , en las categorías superiores el porcentaje fue mucho menor, no así en los funcionarios que, a sabiendas de los tremendos ajustes aplicados, Weretilneck les firmó antes de irse en 2019 un aumento del 40% sobre las percepciones de ministros, secretarios, subsecretarios y directores y ni siquiera a los suyos les dejó el sueldo acorde a la inflación ¿que podemos esperar los simples y sencillos servidores del Estado sin pertenencia partidaria ni cargos? Nada, solo ajuste histórico y sin declaración de emergencia por parte de Weretilneck, mientras juntaba fondos vaya a saber de donde ¿? para sostener el partido que creó y su campaña.
Los trabajadores deberían estar cobrando en esta época sueldos de más del 50% de lo que actualmente perciben como consecuencia del ‘visto bueno’ de los recortes que hizo Ate desde que llegó a la Función Pública. A día de hoy, un agente de la categoría 3 o 4 de la Ley 1844 apenas pasa los 30.000 pesos, pero en realidad, debería estar ganando, de mínima, 45.000 pesos. Esa es la diferencia salarial que el gobierno propuso y Ate aceptó.
Los recortes son visibles no solo en números escritos sino en el día a día de la vida de los agentes.
Vivimos una pandemia, si. Con consecuencias económicas, sí. Pero el salario viene sufriendo otra pandemia: la de los recortes ‘de a poquito’ , durante más de dos años, pero que suman hoy más del 50% de nuestros salarios.
Es mucho. Es demasiado. Y el gobierno debe sentarse a ver la manera de encontrarle soluciones.