No son tantas las circunstancias en el trance existencial de las personas y ellas: las circunstancias. Son ellas, ocurren, y basta. Alguien dijo: “yo soy yo y mis circunstancias”.
Más acá de los olvidos, más allá de las polvaredas y aceleradas de la vida, siguen estando en pie: ellas. Un casual, un encuentro, un “ritornello” insospechado.
Atilio Esteban y Atilio Gonzalo, dos circunstancias llamadas padre e hijo, apellidados: Parra.
Parra Atilio Gonzalo, un día se acercó al IPAP, el INSTITUTO PROVINCIAL PARA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, iniciativa de avanzada de UPCN. Se anotó en la carrera: Tecnicatura Superior en Promoción Socio-Cultural y Comunitaria.
Atilio padre: desde abajo, desde cero, inició y culminó el Ciclo Secundario, tras haber dejado “allá lejos y hace tiempo”, su primario. Hoy con 57 años.
En noviembre de 2012 , ambos coronaron sus trayectorias, jalonadas de tiempo y dedicación. Y esto coincidió en la entrega de diplomas, entre otros tantos alumnos y alumnas, que recibieron su merecida diplomatura. Un cálido acto, en el que aleteaban emociones, vibras, abrazos y sonrisas, y también algunos transparentes lagrimones. Agridulces, los de los Parra, porque sabían a veranadas e invernadas de la Meseta de Somuncurá. De allá, de los campos de Treneta, a este Viedma que los vió un día llegar, hace unos veintiocho años” los que tiene hoy Atilio Gonzalo.
“Máma: nos recibimos, acá te traemos el diploma, mejor dicho, los diplomas”
Yo sabía que iban a lograrlo” lo sabía” nunca lo dudé” exclamó Sandra Judith Castillo, esposa de uno, madre del retoño”
Tiempo y dedicación, acuñaron ambos, sí, sumatoria que pega. Se pegan, se unen, y ladrillo a ladrillo. Construyeron y techaron. En la amalgama, los granos de arena del día a día, conocer, descubrir, investigar, resolver” En aulas virtuales, con la guía de tutores a distancia, que fue acortada por ese ida y vuelta que genera el IPAP, en distintos y alejados rincones del sur.
Una de cal, otra de arena” Pero “otra”, ese suerte de amalgama conectora: ¡el corazón!: ¡Avanzar! ¡Crecer! Consignas que no son meros verbos en infinitivo, son acciones definidas, concretas. Lo virtual traducido al espacio real de la casa, las obligaciones, la familia, las ocupaciones alternativas y complementarias.
Padre, hoy un policía retirado, trabajando en Seguridad, partió un día de Treneta, campos de estepas arbustivas y algunas mínimas herbáceas, con adaptaciones a la aridez y las bajas temperaturas. Donde predominan el matasebo, el molle, la zampa, el coirón” el neneo” donde ramonean el ganado ovino y caprino, donde campea el viento propio de la Línea Sur, se enseñorean las sequías, se estacionan las heladas” llagaron los Parra a Viedma, para “buscar un futuro para sus hijos”. Y desde aquellas distancias, cultura y tradición” consolidaron la familia, y crecieron los retoños: dos mujeres, y este hijo varón, el primogénito.
Charlamos con él, nos arremansamos a sus recuerdos, a sus apegos” pero éste, el del estudio, la capacitación” nos dijo, “es prioritario”.
“Está por encima de mis hobbies dilectos: la salsa, el reaggeton, el baile, la animación. Trabajo en Dirección de la Juventud, Desarrollo Social, y quiero capacitarme y seguir creciendo en esta tarea laboral, por eso la elección de esta Tecnicatura, que pude hacerla sin descuidar el trabajo, y sin renunciar al placer y las gratificaciones que me dan las otras ocupaciones.
Resumió así, de este modo, su biografía” su pasado, su presente” y su futuro, de alguna manera.
Circunstancias, que le dicen. Ellos, los Parra, y sus circunstancias.

Facilitador del IPAP Antonio Pascual Marcattilli – Gral Conesa Sur