Son miles los trabajadores de la Administración Pública rionegrina (afiliados o no a un sindicato) que con sueldos muy bajos deben afrontar mensualmente los elevados gastos de un alquiler y en ese contexto, el gobernador impulsa una política sectorial y encadena a la filiación sindical la oportunidad de acceder a un techo.

Además de ajustar la economía pública a partir de la baja de los salarios de los trabajadores del Poder Ejecutivo, ahora, en vez de diseñar una política pública seria, responsable y sostenible en el tema de viviendas, ofrece de manera acotada un mínimo monto para viviendas que, de aplicarse en la construcción, alcanzaría (a precio actual del metro cuadrado) para construir en tres años 49 viviendas de 40 metros cuadrados (un dormitorio pequeño, un baño y una cocina comedor) cada una; sin tener en cuenta el gasto en terreno.

Nos preguntamos si el proyecto acordado entre Aguiar y Weretilneck será otro ‘pago’ más del actual gobernador al dirigente por aceptar en 2018 el recorte del -30%  en los salarios de todos los trabajadores del Ejecutivo provincial. Quizá ese -30% que el gobierno nos quitó el año pasado serviría para empezar algún proyecto habitacional serio, destinado tod@s l@s trabajad@res de la Administración Pública provincial que no tienen un techo propio.